Alma de México

Alma de México

Nació como una propuesta que revolucionaría la aviación mexicana, pero nada más despegar ya presentaba todo tipo de problemas que, a la larga, terminaron de hundir este sueño. Ya hace 12 años que se presentó al país la llegada de Alma de México (ALMA) pero, lamentablemente, fue un proyecto con las alas muy cortas.

En el 2008, y tras solo 3 años de vida, se inició el proceso de disolución de esta aerolínea que tenía como objetivo la disminución del flujo de pasajeros del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, ofreciendo vuelos únicamente nacionales.

Historia de Alma de México

Alma de México nació formalmente en el 2005 bajo la financiación de un grupo de inversores liderado por Carlos Peralta, quien se convirtió en el socio mayoritario al destinar hasta 40 millones de dólares para la puesta en marcha de esta aerolínea.

El objetivo era transformar totalmente la aviación de México ofreciendo una flota de aviones que garantizara viajes a toda la nación a precios bajos, algo que realmente funcionó, por lo que ALMA se convirtió, desde sus primeros meses de vida, en una de las aerolíneas más fiables y de mayor demanda del país.

A la hora de elegir cuál sería su modelo de avión oficial, valoraron varias companías, como Boeing, Embraer y Bombardier. Fue precisamente esta última la compañía que convenció a los inversores de Alma de México, quienes se inclinaron por el CRJ-200, no solo por su diseño y tamaño, sino también por los acuerdos de compras que lograron firmar.

Alma de México

Expansión de la flota

En su año de debut en el mercado (2005) Alma México logró adquirir más de seis aeronaves tipo CRJ-200 Bombardier, con las cuales garantizaron diversos viajes nacionales a bajo costo con los que se ganaron la confianza del público. Esto motivó la expansión total de la flota de aviones que poseía la aerolínea.

Para finales del año 2006, Alma de México contaba con más de 10 aeronaves y, además, extendió y amplió el número de comerciales en el interior del país.

En el 2007 llegó a contar con 17 aviones tipo CRJ-200, lo que la convirtió en la aerolínea mexicana más grande y de mayor cobertura de las rutas nacionales. Su gran cobertura y sus atractivos precios hicieron que la aerolínea destacase como la preferida de la mayoría de los viajeros.

Alma de México

El principio del fin

Sin embargo, no todo lo que reluce es oro y, por desgracia, la compañía escondía algunos problemas de gestión, que son usuales entre todas las aerolíneas, pero que Alma no supo afrontar correctamente. Estos problemas estaban relacionados con el mantenimiento de las aeronaves y los salarios del personal, que ya flaqueaban en los primeros años de andadura de la compañía.

En el 2005, mientras se ofrecía una propuesta revolucionaria para la aviación del país, los trabajadores y el personal interno ya se quejaban de sus bajos salarios. Y después de la gran inversión en los aviones Bombardier, Alma México no tuvo en cuenta el alto coste que suponía el mantenimiento de las aeronaves, más allá de los acuerdos con la empresa.

Finalmente llegó el golpe que dejó por los suelos la motivación de los inversores: la crisis financiera del 2008. En ese año Alma de México ya presentaba serios problemas económicos, lo que motivó el despido masivo de gran parte de su plantilla con el objetivo de mantenerla a flote. Pese a los esfuerzos de los inversores, Alma México no se recuperó y terminó desapareciendo.