Aeropuerto Internacional de Villahermosa

Aeropuerto Internacional de Villahermosa

El Aeropuerto Internacional de Villahermosa, también conocido como Aeropuerto Internacional Carlos Rovirosa Pérez (por el gobernador que lo inauguró), es uno de los más importantes terminales aéreos mexicanos si se toma en cuenta el número de pasajeros que pasan por allí cada año. Se identifica por las siglas VSA en el sistema IATA.

Aeropuerto Internacional de Villahermosa

La instalación sirve a la ciudad de Villahermosa en el sureño estado de Tabasco, así como a la zona norte del estado de Chiapas. Operado por el Grupo Aeroportuario del Sureste (Asur), en el año 2016 pasaron por sus instalaciones 1 millón 240 mil pasajeros, ubicándose así como el número 14 entre los aeropuertos mexicanos.

Cuatro años seguidos por encima del millón

El flujo de pasajeros en VSA experimentó un salto importante en 2011, cuando se incrementó en 16% el número de pasajeros, respecto al 2010. En 2013 se superó la barrera del millón y desde entonces no ha disminuido esa cifra. El máximo se registró en 2015 cuando 1 millón 273 mil viajeros usaron sus instalaciones.

Desde el Aeropuerto se puede viajar a 13 destinos nacionales, destacando Ciudad de México con el 32% de los pasajeros, seguida muy de lejos por Monterrey, Guadalajara y Cancún, que entre las tres ocupan el 13% de los pasajeros. Aeroméxico Connect y United Express ofrecen vuelos directos hasta Houston, en Estados Unidos.

Además, hay vuelos de carga hacia Ciudad de México, Monterrey y San Luis Potosí. En total operan en este aeropuerto doce aerolíneas de manera regular.

Instalaciones de alto nivel

Entre las grandes ventajas del Aeropuerto Internacional de Villahermosa se cuenta una plataforma muy grande, así como una pista de 2,2 km en la que puede aterrizar sin problemas un Boeing 757. Teóricamente pueden despegar o aterrizar 20 aviones por hora.

Desde 2011 la instalación cuenta con un sistema de aterrizaje por instrumentos que permite a los pilotos tomar tierra en condiciones de lluvia o neblina densa, lo cual ha aumentado en 15% su capacidad de operación y ha disminuido notablemente los riesgos en el momento del aterrizaje.